viernes, 20 de julio de 2007

La ciudad

"Esto es lo que la ciudad le hace a uno, le vuelve los pensamientos del revés. Le infunde ganas de vivir y, al mismo tiempo, intenta quitarle la vida".

El país de las últimas cosas, Paul Auster

Y me encanta esta frase:

"Hay personas tan delgadas -escribía- que a veces las arrastra el viento".

Creo que he encontrado el libro o uno de los libros de mi vida:

"No es extraño ver a la gente más delgada caminando en grupos de dos o tres, a veces familias enteras, atados entre sí con sogas o cadenas, aferrados los unos a los otros, sirviéndose de lastre contra la ventolera".

"Cuando caminas por las calles -continuaba ella-, debes dar sólo un paso por vez. De lo contrario, la caída se hace inevitable. Tus ojos deben estar siempre abiertos, mirando hacia arriba, hacia abajo, adelante, atrás; pendientes de otros seres, en guardia ante lo imprevisto. Chocar con alguien puede ser fatal; cuando dos personas chocan comienzan a golpearse con los puños o, en su lugar, se dejan caer y no intentan levantarse nunca más. Antes o después llega el momento en que uno ya no intenta levantarse"

"Uno piensa que tarde o temprano todo llegará a su fin; las cosas se desmoronan o desaparecen y no se crea nada nuevo. La gente muere, pero los niños se niegan a nacer"

"¡Tantos de nosotros nos hemos convertido otra vez en niños!"

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Anexo: Bueno, la novela, más adelante de estos retazos de bella poesía, no es para tanto.

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