martes, 1 de mayo de 2007

Polígrafos para todos

Calculo que de aquí a seis meses, los polígrafos de uso privado comenzarán a comercializarse en las tiendas de electrónica (incluida ésa de la gente que no son tontos); de ahí pasarán a los supermercados y, después de un abaratamiento fulminante, podremos acceder fácilmente (quizá por apenas tres euros) a polígrafos de plástico en las tiendas de los chinos. Así, las reuniones familiares (quizá el hecho se produzca ya esta misma Navidad) se convertirán en pequeños platós de televisión, donde el tío Juan tendrá que confesar ante la máquina si era verdad que de joven le tiraba los tejos a no sé quién, o si en determinada borrachera, etc. Aún se puede llegar más lejos: "¿Verdaderamente amabas a la abuela cuando te casaste?". "¿Era verdad que el abuelo te maltrató?". "¿Fui un hijo deseado?". "¿Has cerrado con llave?".

Lo mismo ocurrirá entre los grupos de amigos, y aun, y sobre todo, entre las parejas. "Demuéstrame que no te gusto, o que no me amas", se dirá primero. "Apuesto a que quieres acostarme conmigo: sométete al polígrafo". Eso será al principio; luego vendrá el: "demuéstrame que aún me amas". Nosotros mismos, como nos desconocemos y mordisqueamos apenas en los márgenes de nuestra conciencia, nos haremos preguntas, y buscaremos la verdad en esa máquina que nos ha costado tres euros. Pues bien: ¡polígrafos para todos! ¡Yo quiero regalarlos estas navidades!
Y por cierto: ¿para cuándo los móviles con polígrafo incorporado? ¿Cuándo se entararán las empresas de cuáles son nuestras verdaderas necesidades? ¿Para cuando, en fin, podremos llevar el alma, ese adminículo molesto en nuestras sociedades, comprimida dentro del móvil, en una de esas tarjetas de plástico...? ¿Qué nombre recibirá el alma comprimida en inglés? Gracias.

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