martes, 1 de mayo de 2007

"La depresión cuesta 120.000 millones anuales en Europa"

Éste es un titular que aparece en la sección de Salud de hoy de El País, en una entrevista a un "economista de la salud", un experto extranjero.
Me ha hecho recordar una frase que decía un personaje en "Elogio del Amor", de Godard: "De acuerdo, hablemos de Titanic. Pero no de la recaudación o del número de gente que ha ido a ver esa película; hablemos de su contenido; ¿qué nos dice esa película?". Qué mundo tan extraño éste, donde sólo se registran las audiencias y las recaudaciones, y no (desde luego) los mensajes; donde la tristeza, en fin, se mide en euros (como si fueran los propios billetes los que sufrieran, arrugados, estrujados por nuestras manos), ya que sólo importan las pérdidas económicas. La felicidad, por ejemplo, es algo que sólo puede importar si aumenta la productividad de las empresas. De verdad digo que me siento raro perteneciendo a esta sociedad.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio