sábado, 12 de mayo de 2007

La voz de los alumnos (aclaración)

Puesto que escribí un artículo denunciando algunas de las barbaridades que me he encontrado en ejercicios escritos como profesor, creo que es interesante ver ahora el otro lado de las cosas. Esto sirve, de algún modo, como aclaración, de que, a mi modo de ver, los alumnos no son los culpables de lo que ocurre. Lo más doloroso es que muchos de esos problemas absurdos con los que nos encontramos muchas veces (por ejemplo, unos horarios infames, o unos programas de estudio diseñados inequívocamente para que sea imposible enseñar ni aprender nada) no son casuales (no pueden serlo). Este ejercicio me ha hecho recordar quién es (a mi modo de ver) nuestro verdadero enemigo a la hora de intentar ejercer bien esta profesión (el que empieza por E... y nos paga).

Lo que transcribo es un ejercicio realizado por tres alumnos de 2º de ESO: consiste en escribir una escena teatral criticando algún aspecto del Instituto o de la Enseñanza en general.
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Primera escena

(Está Sara en el Patio con una amiga, tiene un bocadillo en sus manos)
SARA: ¡Por fin voy a comer! Después de dos días... Ya hay hambre...
(De repente, suena la campana, y la niña, co gesto de pena y melancolía... tira el bocadillo a la papelera).

Segunda escena

(Terminan las clases y Sara se encuentra en su casa)
PEPA (Madre de Sara): ¡Sara! ¡A comer!
SARA: No puedo, tengo que estudiar. Más tarde...
(Llega la hora de cenar)
PEPA: ¡Sara! ¡A cenar!
SARA: No puedo, tengo que terminar los deberes, mañana ya...
PEPA: Bueno vale, pero acuéstate pronto...
(Llegan las siete de la mañana)
PEPA: ¡Sara!
(Entra en la habitación y...)
PEPA: ¡Pero Sara! ¡¿Todavía no te has dormido?! ¡Madre del amor hermoso!
SARA: Es que tenía que hacer un trabajo de Sociales...
PEPA: Bueno, ¡vete a desayunar!
SARA: Jooo... No me ha dado tiempo...

Tercera escena

(Es la hora del recreo y Sara se encuentra en la biblioteca)
SARA: A ver si consigo terminarlo...
(Treinta minutos má tarde)
SARA: ¡Por fin! Lo terminé. Voy a comerme el bocadillo...
(Riing Riing... Suena la campana, y la niña, con un aspecto desnutrido y penoso, sube a su clase)

Cuarta escena

(La niña se encuentra en el autobús)
SARA: Hum... ¡El bocadillo!
(La niña saca el bocadillo de la mochila...)
SARA: ¡Yupi! ¡Voy a comer...!
(El autobús pega un frenazo y el bocadillo sale disparado por la ventanilla...)
SARA: ¡¡¡Nooooooooooo!!!

Quinta escena

(La niña llega a su casa y se va a su habitación a estudiar...)
PEPA: ¡Sara! ¡A comer!
(Nadie contesta)
PEPA: ¿Sara?
(La madre sube a la habitación y se encuentra a la niña tirada en la mesa...)
PEPA: Es normal que estés dormida... Con tanto estudio...
(La madre zarandea a la niña y ésta no despierta... Entonces, la madre se da cuenta de que la niña no respira...)
PEPA: ¡¡Nooooo!! Se ha muerto por tanto estudiar. Yo seré analfabeta... pero ¡soy feliz! Mi hija... (Llorando) ¡¡Nooooo!!

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Queridos lectores: os animo a practicar los dos primeras y más necesarias revoluciones hoy en día: PENSAR y SENTIR.

(La tercera, como decía un día Jorge Rico, era "tirar la televisión por la ventana"; ¿o no será esa la primera..?).

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