Sobre el humo
Cuando se inicia el tercer día sin fumar, es cuando comienza a hacerse flagrante la invasión del humo en la propia garganta, procedente de los ruidosos e infernales vehículos que son los dueños de esta ciudad a la que por desgracia he regresado, aunque sólo sea momentáneamente, y que la hacen inhabitable. ¡Qué ganas de volver a mi pueblo! (Eso sí, sin acercarme nunca en demasía a mi anterior instituto... O sólo con precaución)
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