¿Son los disparos del cañón o es el latido de mi corazón?
Javier Aguirre le pide a Pichu Cuéllar que salga en la segunda parte.
La estética del perdedor tiene su encanto, no hay duda de ello; pero todo tiene un límite. Pichu abandona el Calderón acompañado del árbitro.
1 comentarios:
Una obra maestra, amigo.
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